Tuesday, July 15, 2008

Esquela 180: Antes de empezar a trabajar para la sociedad

Los perros vuelven a ladrar, las calles vuelven a estar oscuras. Las cajetillas de tabaco son blandas y permanecen siempre casi vacías. Los ceniceros eternamente sucios. Las luces son únicamente de neon. Las de los vehículos que circulan por la avenida, dejan una estela a su paso que la oscuridad pronto engulle rapaz. El alquitrán se humedece, y los charcos se convierten en viejas paletas de pinturas de acuarela. El silencio se entiende como parte del zumbido de los motores, como el vaivén del trafico, ajetreado pero preciso. De un lado a otro. Alguna voz puntual, siemprer ataviada con su propio eco de cloaca, o de minúscula habitación.

Estamos hablando de lo mismo.

Si pega más la soledad con una cosa que con otra, siempre es dicutible.

Están los momentos en que desarrollas contra tus propias paredes, y estan los momentos en los que desarrollas contra la pared de los demás. Crecer y curtirse en ambos sentidos es importante.

Importante no sé para que. Supongo que impotante para mantenerse en movimiento. Porque permanecer siempre en el mismo marco sería todavía más absurdo.

Así, quizá lo mejor es huír permanentemente, declararse en rebeldía y derramar todas las ideas por los lugares que cruces en cualquier momento.

Es cuestión de planteo o de filosofía. No voya escupir en la cara de nadie aunque lo desee.

Y después, después te vienen con las manías. Con los miedos y con los prejuicios. A mi lo que más asco me da, no es la barandilla del vagon del metro. Me da más asco la carne humana que contiene un alma que permanece anclada en la eterna sospecha inútil. Me da asco la podredumbre que no se toca pero sí se nota. No me jodas, hombre.

Escarbando, escarbando, tratando de conocer a fondo las personas que me rodean, muchas veces no llego nada. En muchas ocasiones somos solamente amasijos de ideas preconcebidas, imanes de referencias, de frases hechas, de actos reflejo. Actos reflejo, frutos del fragor de la batalla contra la eterna búsqueda de nuestra propia identidad. lucha en donde interviene nuestro alrededor, nuestra conciencia, nuestro instinto.
Amenudo lo más sencillo es delegar nuestro pensamiento y nuestra razón en los demás, pero eso provoca una situació parecida a la del capital hoy en día: viaja de un lado a otro, pero en realidad ni existe. Es práctico discutir teniendo unas cuantas frases aprendidas. Es bonito ser un recipiente de cristal diestramente tallado. A muchos nos impresionan cosas así. Pero qué sentido tiene, realmente, ser un puto jarrón, si nos olvidamos de nuestra propia función básica, que no es otra que la de contener algo dentro.

Los caminos se bifurcan, y cada uno defiende su realidad. Yo trato de encontrar algo de sustancia en la insustancialidad de lo superior a la materia. Una especie de verdad universal. Cada uno puede tener la suya. Es facil decir que cada verdad es respetable, porque así, tu te quedas con la tuya y nadie te la arrebata. Pero a veces me da la sensación de que también es un poco "cobarde". ¿Pero cómo puede ser cobarde, si todo lo que pasa del respeto es imposición? ?esque no hay término medio?

¿Soy entonces, un dictador en potencia? ¿Significa, el tratar de dar con una verdad absoluta, admitir que lo que tú has descubierto, está por encima de lo que otros puedan descubir?

Oh, me abrumo mucho, me abrumo mucho.

Voy a tomar un cafe.
Aquí no ha pasado nada.

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