Monday, September 10, 2007

Esquela 88: La silla endeble

Sabes, me escribieron el mail más bonito.

Pensando en él y en quien lo escribió, obtienes los siguientes privilegios:

Los días pueden ser siempre claros, los billetes siempre serán gratuitos y los tatuajes indoloros. las quejas son juegos de niños y los caprichos son monumentos enormes en nombre del amor. las tiendas de campaña son palacetes árabes, y el amor se convierte en un chucho con ganas de lamerte entero. Es el chucho de Amor...

La vida, mi vida, cobra forma de tocino, y a pesar de odiar el maltrato hacia los animales, me siento como un mozo de pueblo a la caza de uno de esos. Siento que soy el elegido para agarrarlo del cuello y llevarlo al matadero.

Me imagino al padre de MAtías Prats, que deduzco que se llamaba igual él. Me lo imagino haciendo de labordeta, pero en época franquista. Me lo imagino yendo de pueblo en pueblo. Parando en Malón, para hacer un reportaje acerca de la caza del tocino. Me lo imagino retransmitiendo para toda españa este evento fantástico. No me pondría nervioso por su presencia. Menos aún por su voz grave y elegante. Me pondría nervioso por ti.

LLega el momento: Me revuelco por el barro tras él (el dichoso tocino, que en ralidad es mi vida). Es una lucha entre el animal y el más animal. Las otras mozas del pueblo no me importan, aunque sé que para el resto de muchachos, ésta es una forma de hacer el gallo ante ellas y ganárselas con suma facilidad después. Yo solo disfruto viendo cómo me miras desde el burladero. Corro por el barro y a cada resbalón, retozo de ilusión. No tengo tiempo para mirar alrededor. Si lo hago, se me clavan tus ojos. Me siento tentado, y entre el jaleo y el corazón que se me sale por la garganta, una de las veces que me pongo en pié después de una divertida caída, echo un vistazo a lo que me envuelve. Me encuentro con las gafas oscuras del Señor Prats, que tienen la mágica facultad de destacar entre el gentío. Hay mucho alboroto y me noto el barro en el pecho. La camisa me pesa por la tierra que lleva pegada, y el tocino es el único que parece regocijarse de la situación más que yo.

Y si bien sé que no te gusta esta analogía y que te encabezonarías en discutirla miles de días y de noches, yo, algo así, sólo lo haría por ti. Solo por ti, y gracias a ti, la vida cobra forma, así como sentido, y es facil saber que la puedes llegar a exprimir de arriba abajo.

Son tantas cosas ya, que cada vez todo se enreda más.

Yo no puedo presumir de mucho. Suelo temer los acercamientos de cualquier tipo. Las personas, yo entre ellas, amenudo decepcionan. Contigo, sin embargo, voy escribiendo una novela de altibajos que no sé si lleva a algun lado. Por nada del mundo dejaría de escribir, y me siento inchado y contento como una paloma por deberte tantos favores. Me gustaría devolvértelos poco a poco y con cuenta gotas. No excederme en mi generosidad, para que de este modo siempre vuelvas a pedir.

Pero nada es sencillo ¿verdad? No sé si soportaría que me enviaras postales desde lejos, más aún cuando ahora me dices que no bromee acerca de desaparecer juntos del mapa. Me impresiona tu actitud. Tan femenina como cambiante. Recta y curva. No puedo seguir con estos achaques. Se están convirtiendo en una droga perjudicial, a la que tampoco quiero renunciar.

Me escribes este mail tan bonito después de haberlo hecho tan mal contigo. Empieza a quedarnos poco tiempo, y yo me pongo a pensar en asuntos profesionales cuando cabe la posibilidad de que me escuches si te planteo levantar centros en mozambique o morirnos de malaria directamente.

Sigo sin saber absolutamente nada. Sólo que eres una piedra preciosa y especial.

1 comment:

Carla said...

raul,

mis abuelos y el padre de Matias Prats (matias prats), eran colegas. Son del mismo pueblo, de Villadelrio. Aunque a mi no me interesa lo que tengan que decir!

los emails bonitos deben desaparecer para que el corazón no haga aguas por todas partes.