Friday, June 29, 2007

Esquela 76: Mi (este) verano

Cuento cómo cuentan los demás sus días. Cuento sus aventuras, sus sonrisas, cuento sus noches y sus botellas vacías. Cuento sus emociones, sus amistades, sus recorridos, sus anécdotas, sus robos en baratos supermercados. Cuento sus chapuzones, sus besos, sus caminatas, sus sudores y calores. Sus nuevos monumentos, sus playas desiertas y sus abrazos. Sus secretos y sus vivencias, las estrías que cada emoción deja en sus corazones. Cuento sus albergues y todos los mapas en donde los encontraron. Cuento sus lunas, sus tiendas de campaña, sus kilómetros y su carburante. Cuento sus gratas sorpresas en forma de autóctonos restaurantes. Cuento sus ignorancias y lo que les hace fuerte, cuento sus miedos, y por fin, al final, cuento su vuelta, su regreso.

Es entonces cuando dejo de fustigarme.

Esto es malo.

Yo también tendré un verano increíble alguna vez. Viajaré por ahí, como un aventurero, y no necesitaré de nadie, más que del alrededor que vaya encontrando a mi paso. También habrá un día en que alguien cuente cómo cuento mi vida.

Lo hará alguien que esté encerrado en una jaula. Lo hará alguien que piense salir algún día.

Orange, vete a la puta mierda. Yoigo, te elijo a ti. Eso sí, antes de romper mi idilio con la anaranjada compañía, me voy a aprovechar de ella para dar de nuevo con tu número. Ojalá pueda. Voy a registrarme y voy a obtener mi número de acceso., conocido en mi corazón como clave de la esperanza.

Voy a hacer de las nuevas tecnologías mi bandera. Voy a programar en tres dimensiones, voy a diseñar espacios increíbles, voy a desarrollar videojuegos. Esa es mi comida de pájaro enjaulado.

Después, cuando salga de aquí, correré 18 millas hasta llegar al hotel de las putas más cercano. Allí me acogerán con los brazos abiertos. Después iré a la playa con mis mejores amigos y nos tatuaremos un cubo y una pala en el hombro.

Mira que yo no soy de tatuajes, pero joder, un cubo y una pala en el hombro.... son demasiado ...

Es lo único que me podría marcar en el cuerpo.

18 millas hasta el hotel de las putas, hasta las playas de tus chanclas, hasta tus pies que te piso y te quejas. El roce de la arena no contribuye a tu calma. Más bien te la hace perder. Bailaremos toda nuestra puta vida, e incluso en algún momento llevaré la iniciativa, de forma divertida. tú te vas a reír, pero yo creo que no lo hago tan mal. ten cuenta que todo esto lo voy construyendo sobre la marcha.

Y pasaremos bailando toda la vida, en todas las playas del mundo, agarrado, separados, sanos o corroídos por las drogas. cansados, chillando, apretándonos fuerte o sobre el terremoto más potente. Jamás morirse habrá sido tan fácil.

Y a pesar de la propia scotland yard siembre la ciudad de coches bombas para justificar después la necesidad de levantar barreras y más barreras, y a pesar de que Sarkozy se muera de envidia por no haber tenido esa idea antes, tu y yo nos moriremos de un infarto de felicidad.

Muchos besos y muchos abrazos, me regalo tu piel-postal y hago el loco desde mi casa. Yo no trabajo desde mi casa. Solo hago el loco.

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