Saturday, July 07, 2007

El bastión

Querida, querida, ¿cómo me despiertas a estas horas de la madrugada? Esque has olvidado que por mucho calor que haga ya en Groenlandia, las noches siguen siendo eternas y que los que aquí llegamos como colonos huyendo de la disenteria o como coño se escriba, hemos desarrollado la capacidad de dormir durante todo lo que aguanta la luna en nuestro cielo? Un mes para ser exactos. Me ha llegado tu carta y ha logrado levantar expectativas en todo el pueblo. Últimamente es raro que se presente el cartero por aquí. En realidad es extraño ver a cualquier forastero. ME quedaban aún unos días de sueño, pero da igual, ya los recuperaré el mes que viene.

Sea como sea, me ha hecho mucha ilusión recibir tu misiva, pero he de ir con cuidado; no demostrar demasiada efusividad ante la recepción de un documento privado. Ya sabes que cualquier motivo de felicidad es perseguido por las fuerzas represoras.

Tu tienes mutantes por alrededor, yo me mantengo casto entre los humanos limpios, pero el precio que he de pagar por ello es muy alto.

Aún no sé quién es T, y obviamente, desconozco a su hijo. Lo de ritual para su bautizo me pareció precioso.

Aquí las cosas tampoco van muy bien, la verdad. Los niños siguen llorando cuando acompañan a sus madres a las grandes superficies, aunque el sonido de sus llantos no suena como la guitarra eléctrica que escuchábamos cuando éramos jóvenes.

Te quiero preguntar si seguís conservando la virtud de tener cosquillas. Aquí la hemos perdido. Debe ser por lo gris que es todo.

Aun tengo 22 años, no sé si te lo había dicho. Lo que pasa es que escribo desde un limpiaparabrisas gigante que en ciertos momentos traslada mi mente a una realidad venidera. Lo leva hasta allí, arriba, y me lo trae de nuevo, lo vuelve a levar, y lo vuelve a traer... pero como todo lo que con el cristal roza, mi cerebro se va desgastando. Cada vez estoy más tonto.

Ya no tengo novia, ni hijos. Los tuve, pero mi cabeza ahora está conmigo, en los 22. Sabes? recuperé el número de aquél ligue que nunca acabó significando nada. Pero deberías ver lo contento que me he puesto. Es curioso sentir la incertidumbre de la esperanza sabiendo que no va a pasar nada nunca.

¿Tú tienes hijos, chica? Ahora que mi cabeza está de vuelta, y estoy con los 22 y contigo, ahora que aún no ha pasado ninguna de esas desgracias que harán que tengamos que separar nuestros caminos, ahora que aquello de que "el sol quema" sigue siendo una expresión, me apetece seguir haciendo lo que nunca debería haber hecho, que es salir cada noche y forzar el hígado. Me sigue apeteciendo reírme de los demás contigo, y olvidar losa compromisos sociales. Yo siempre decidí que sólo cuidaría de mí.

Está todo tan escrito...doce monos es la mejor película que nunca se habrá rodado. Brad está enorme.

De los otros, sigo sin saber nada. Aquél de la desarrollada hormona sigue congelando su blog. Me preocupa que haya desaparecido y se haya vuelto etéreo. El cuello ancho murió en el concierto de despedida de Tweedy, ya sabes, colgaron la guitarra cuando vieron que todo aquello de emular a los músicos del Titanic no iba con ellos. Llenaron el estadio y varias personas que estaban en primera fila murieron aplastadas por la multitud. Y sí, cuello fue una de las víctimas.

Del resto, nada de nada, no sé absolutamente nada.

Tu eres un ser mutógeno ya? espero que hayas tenido relativa suerte.

Besos desde el Bastión

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