Sepelio no debería significar lo que significa. Sepelio es una palabra demasiado sofisticada y moderna para significar lo lúgubre de la muerte; lo que ésta me inspira cuando recurro a ella con palabras mínimamente técnicas.
Sepelio suena a zepelín pero de manera mucho más resuelta, más dura, más “prepárate que no me ando con tonterías”.
Estoy a dos pasos del verano; y eso que no llegamos a 10 de enero. Aún así, no me puedo resistir a él y me dejo llevar por lo que me evoca; Este verano me voy a hacer llamar Tony Granger y voy a ser el más adolescente de todos pese a mis arrugas; Y esperaré, allí apoyado en cualquier baranda del paseo, a que pases, a que pases tal y como pasabas en mis más pueriles sueños, los más antiguos: Con tu pañuelo, con tus vaqueros raídos y abiertos, con tu sonrisa y tu aspecto eminentemente yanqui. ¿Por qué no?
Porqué no va a ser posible algo así; algo que me haga recordar que yo también creí en el amor hacia una sola mujer. Algo que me detenga; Ahí estás a juego con el cielo rosa y azul, perfectamente combinada con las tardes de verano y su sol que cae pero que nunca acaba.
Como cuando era niño y el sexo no me perdía; como cuando era puro; como cuando la carne no se vendía barata y tenías que ganártela a base de elaborados sueños, tretas y piropos. Como cuando era necesario superarse.
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