Monday, January 07, 2008

Easquela 133: Lo último que hice fue ser lo que debería haber hecho hace tiempo

Debían ser dos o tres. Las copas estaban aún sobre la mesa. en la habitación todavía olía a la mierda que se habían tomado. Los tabiques eran de papel, como aquél que dice.

Con un poco de suerte algún otro cliente se podría haber enterado de donde se dirigían.

Aún así, solo el viento conoce ese con certeza. Es algo que ya es sabido por quienes creen en el destino cambiante y en los dioses de madera. "Solo el viento lo sabe", dicen. La gasolina no tiene porqué ser un inconveniente. Tampoco tiene porqué serlo la física.

Cuando te encargan esa faena, la de cazar a alguien que solo se quiere dejar la piel en la vida, cando tu trabajo es enjaular a quien ha tenido la desvergüenza de plantar cara a lo escrito, cuando te dan de comer aquellos que temen cualquier cambio, cuando tú has elegido el camino fácil solo por miedo a lo desconocido, y para colmo te topas con la ironía más dura de tu existencia, que no es otra que la de sancionar a aquellos que solo han hecho lo que tú sentías que debías, pero que no tuviste valor... entonces puedes arrojar todo por la borda a la desesperada y buscarte muchos enemigos.

Me encañonan con una pistola por haber dejado volar el único amigo que tuve. Me di cuenta cuando se canso de mí, y de mi tiranía. Le dejé escapar con los 150.000 dólares que me debía. No he llegado a tiempo, se ha esfumado. Mejor.

Ahora ya me he cansado, socio. Mátame, joder. méteme una bala en la cabeza.

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