Tuesday, May 15, 2007

Esquela 69: Enciendo mi Nintendo, luego existo.

Quedé pronto para correr por las aceras. Antes de que amaneciera ya no era el único. Se había ido uniendo alguna gente que automáticamente se convirtió en amiga. Me sentí primario e instintivo. Y después reflexioné; quizá los sentimientos y la pureza se sienten solo siendo un animal. Y como un animal corrí.

Las normas no estaban pactadas, y el motivo era sencillo. Esa explosión de voluntad en forma de zancada tenía como combustible el derecho a no renunciar a ti hasta rozar la coacción.

Encendí la nintendo y grité a pecho abierto cada vez que os metía un gol y os teníais que tomar medio cubata. También llegué a perder la cabeza al ver aquellos faros. Yo también quise pegar patadas a las puertas de los coches, porque el cielo es inalcanzable incluso cuando te sientes feliz.

Olvidamos eurovisión, e incluso te olvidé a ti.

Ahora vuelvo al trabajo.

Encenderé mis nintendos cada noche de fin de semana, y a cada joya que me regalen. Encenderé mi nintendo a cada sonrisa, y a cada apelación masculina al orgullo y a la casta. Encenderé mi nintendo para olvidarte o para imaginarme cómo juegas conmigo. Encenderé mi nintendo para hacerme tatuajes en el corazón gratis. Encenderé mi nintendo para romperme la voz justificadamente. Encenderé mi nintendo para calentar mis madrugadas, para vivir a coro, para encontrar la felicidad de un modo sencillo y no por ello menos meritorio... porque al fin ya al cabo, mientras agarro ese mando, sigo siendo yo... ese gilipollas al que le gusta creerse infeliz.

Cuando enciendo mi nintendo, se me olvidan las tonterías, y solo me importa correr más que los demás. Mi mundo es sencillo y tiene unos limites muy bien marcados. Cuando enciendo mi nintendo, pongo al alcance de mi cabeza un ring en donde medirme a mis temores. Cuando enciendo mi nintendo, sé tocar la guitarra, sé tocar el piano, soy el mejor dibujante del mundo, e improviso con lo que me echen.

Cuando enciendo mi nintendo, por fin existo.

1 comment:

Carla said...

grande, grande escrito! a veces hay objetos que nos hacen la vida más fácil, ¿verdad? nunca entenderé el poder de sublimación que tienen los videojuegos, pero si te hacen feliz yo me alegro.

las cosas son como los videjuegos en realidad, hay que ir sorteando obstaculos siempre, pero no chafas cabezas. aunque hay gente que sí las aplasta. Menos mal que no somos de esa índole.

Bueno, me debes un cuento en el que yo cazaba lunáticos. Te lo recuerdo. vaaa

que vaya super el finde lúdico-alcoholico-festivo