Saturday, April 22, 2006

Esquela descatalogada II: Pistola en la cabeza

Las últimas cartas que escribo estan empañadas de mi propia tristeza. Sé que son cada vez menos las que me quedan por escribir, como sabe todo aquél que es consciente del paso del tiempo, que todo cuelga y que todo acaba por caer.

El otro día pensaba que apenas recuerdo porqué lloré de alegría aquella vez, en aquél bar, en el hogar extremeño. Me sentí muy tiriste al haber olvidado prácticamente aquellos instantes de magnánime felicidad. Me sentí miserable...porque de aquellas lágrimas y de aquél momento solo me quedan imágenes difumindas en la cabeza. Me sentí un desgraciado, por haber tenido tanto, y tener tan poco.

Es una pena, si te paras a pensar... la diferencia que hay entre vivir una cosa y recordarla. Es una pena tener por testigos de los instantes vividos, solamente los recuerdos. Es una lástima vivir tan fuerte para que después solo sientas la angustia de que todo ya ha pasado, y solo te quedan pedazos de gestos en la cabeza, retazos de brisas o alientos.

Solamente los olores se quedan plasmados en la memoria de un modo distinto al resto de trivialidades.

Hoy escribo esta carta, una menos, más que una más, porque el tiempo duele, y hay demasiados depósitos que no he llegado a llenar de gasolina. Hay demasiado caucho poco gastado, hay solo miejas de metal herrubroso y apenas un rasguño en la tapizería de mi corazón...Por qué todo lo que vivo...después solo se convierte en recuerdo.

No comments: