Wednesday, September 23, 2015

A las puertas de una vez que soñamos

Me gustaría pensar que se acabó todo, que ya no pertenezco al lugar de siempre. Me gustaría creer que puedo leer periódicos sin tener que quemarme tanto.
Haba face, está muy lejos y cuanto más lejos está, mayor es mi capacidad para crear.
Ayer sentí la espuma de la ola en toda la cara. Su resaca me retorcía el cuerpo y por fin, placer, nostalgia y dolor. Creo que había fumado porros. Creo que tus lágrimas también me cambiaron. Era el final de la primavera, y siempre se quedaba allí, la primavera, en su final. Fue una experiencia increíble.
Ahora, pedimos un país nuevo, sin reyes, sin viejas promesas. Pero también sabemos que nada es perfecto. Me excita mucho la idea de empezar algo nuevo. También están los discos. Y por supuesto, mi escasa habilidad para recordar, o para generar frases interesantes.
Tus lágrimas, siguen siendo el elemento más afilado. Lo siento, me digo que te digo. Lo siento. Entonces deseo que huyamos lejos de aquí en descapotable. Y la música, la música es lo que hace que no muerda de desesperación cuando veo ahí arriba colgados mis sueños.

Debería reflexionar profundamente sobre si lo que me impide hacer lo que verdaderamente deseo es el miedo. No sé si es el miedo, o el amor. Miedo es demasiado genérico. ¡Miedo a qué? ¿Quizás a fallar a los demás, no? Es como si me hubiera cansado de profundizar sobre mis propios problemas. Es como si fuera más normal que nunca. Que me devuelvan mi lucidez, por favor. Soy como una mosca ahogándose en un frasco.

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