Me
gustaría pensar que se acabó todo, que ya no pertenezco al lugar de siempre. Me
gustaría creer que puedo leer periódicos sin tener que quemarme tanto.
Haba
face, está muy lejos y cuanto más lejos está, mayor es mi capacidad para crear.
Ayer
sentí la espuma de la ola en toda la cara. Su resaca me retorcía el cuerpo y
por fin, placer, nostalgia y dolor. Creo que había fumado porros. Creo que tus
lágrimas también me cambiaron. Era el final de la primavera, y siempre se
quedaba allí, la primavera, en su final. Fue una experiencia increíble.
Ahora,
pedimos un país nuevo, sin reyes, sin viejas promesas. Pero también sabemos que
nada es perfecto. Me excita mucho la idea de empezar algo nuevo. También están
los discos. Y por supuesto, mi escasa habilidad para recordar, o para generar
frases interesantes.
Tus
lágrimas, siguen siendo el elemento más afilado. Lo siento, me digo que te
digo. Lo siento. Entonces deseo que huyamos lejos de aquí en descapotable. Y la
música, la música es lo que hace que no muerda de desesperación cuando veo ahí
arriba colgados mis sueños.
Debería
reflexionar profundamente sobre si lo que me impide hacer lo que verdaderamente
deseo es el miedo. No sé si es el miedo, o el amor. Miedo es demasiado
genérico. ¡Miedo a qué? ¿Quizás a fallar a los demás, no? Es como si me hubiera
cansado de profundizar sobre mis propios problemas. Es como si fuera más normal
que nunca. Que me devuelvan mi lucidez, por favor. Soy como una mosca
ahogándose en un frasco.
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