No recuerdo cual era el nombre de aquellos animalillos interestelares que tenían una especie de antena doblada en sus enormes cabezas…
Se trataba de los dibujos animados que vi alguna vez en casa de Pepito. En aquella casa de la que apenas recuerdo cuatro cosas. Una de ellas con especial inquietud. Es el flexo que hay en el techo de la habitación donde solía jugar.
Esto del more tan a feeling se alarga desde aquella casa hasta los días de sol en la sede de Vallirana, en donde mis primas parecían estatuas inmortales y muy altas, con la capacidad de articular movimientos. Ellas me hablaban de voleybol y de sus amigas de la sede.
Allí estábamos, en la gran pista de cemento con una red colgando en medio del campo. Yo no quería jugar; prefería devorar aquellas réplicas de helados de cucurucho que en realidad no contenían más que pica pica y colorante.
¿quizás se llamaba Amparo una de sus amigas? Creo que sí. Y siempre nos acompañaba el sol. También en la pequeña piscina donde alguna vez mi padre tomo cubatas con pepito y jalabolas. Era una estampa que jamás lograré borrar de mi cabeza. Me parece divertida y entrañable. Y dudo que vaya a desaparecer sin más cuando yo mismo muera. A dónde irá a parar lo desconozco, pero me gustaría que se convirtiera en una ola fuerte que alegrara a alguna buena persona el día.
“Vallirana mata”, pienso ahora mismo; Más cuando caigo en otro de los fulminantes recuerdos: La Megadrive y Sonic; O el gran juago de Michael Jackson. Qué emoción; se me eriza aún hoy la piel, y no entiendo porque no entienden que me pueda suceder así. Y no entiendo que no entiendan que utilice mis recuerdos para construir mis sueños, y que esos recuerdos jueguen en mi vida un papel activo y vivo.
Creo que eso es lo que pasa. LA demás gente cree que los recuerdos solo son recuerdos. Pero yo logro extraer algo que duele de verdad y que por ende, me hace sentir vivo.
“More than a feeling”, que decía, y las tardes en Vallirana, la sede, los espectáculos eróticos para fiestas y yo que no me enteraba de nada ni aún hoy me enteraría. Porque no me preocupa no enterarme de nada. Felizmente feliz hoy, escarbando entre los recuerdos, y encontrando solamente cosas buenas.. Qué tranquilidad de viaje, qué calma… Qué misterioso es todo. ¿Dónde irá a parar absolutamente todo lo que escupo?
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