Thursday, August 30, 2007

Esquela 84: El secreto de esa islandesa

Deberías verlos...
El aire de la montaña les sienta muy bien. Las vistas ayudan. Cada mañana caminan por la cresta de la sierra y lanzan pequeñas cositas que encuentran por el camino. Las arrojan desde lo más alto de la montaña. Suelen ser algunas botellas, chatarra o "cockklaries".

Se convirtió en un hábito, ¿verdad? en un ejercicio de vitalidad e independencia. En una apuesta decidida por el optimismo y la madera.

Cuando se recogen en casa después de un día largo, se entretienen escuchando el susurrar de las mesitas de noche al contraerse. Es el frío de la altura y la naturaleza. Vivimos en lo alto de la montaña.

Las hojas de los árboles caen en invierno y en verano. No por que sean caducas. Solo es porque hay demasiadas. Ellos las chutan y se divierten sintiéndose independientes y autosuficientes. Es un ritual descarnador de felicidad. Es un punto concreto delimitado perfectamente en el mapa de las emociones. Lo encuentran con facilidad siempre que quieren. ¡qué envidia! ¿Será el bosque?

Por la mañana es todo fascinante... el mundo despierta, pero antes de que se quite las legañas, ya hay algunos pajarillos cantando. Solo eso y el silencio. Entonces, los críos, hundidos en la soledad completa, vuelven de nuevo a la parte más alta del peñasco. Son los únicos que han madrugado. Ellos y los pajaros. Vuelven a lanzar pequeñas latas y afilan el oído espectantes... hasta que los pequeños objetos que acaban de arrojar chasquean!!... chasquean contra las rocas!!!!... en lo que dura la caída libre, ellos se imaginan a sí mismos precipitándose detrás... imaginan sus huesos tiernos chicando contra las rocas que hay allí abajo.... y... chas!!!!! instantes después de que las piedrecitas retumben al tocar la falda de la montaña, solo queda una cosa por imaginar...: ¿estarían sus ojos abiertos después de haberse reventado sus cuerpos contra el suelo?.... Este es su hábito diario, su pequeño ritual....

Cada día hacen las mimas cosas, antes de que su madre se dspierte... cada día lo hacen, cada día lanzan piedras al vacío y se imaginan detrás de ellas... se embriagan del miedo de perder la vida, se emborrachan de esa sensación... se extasian...absoltuamente todos y cada uno de los días... así,... así,... cada día igual...y para cuando ella despierte.. cuando su madre despierte....

Cuando su madre se despierta, ellos saben perfectamente cómo de afortunados son de tenerla a su lado, protegiéndolos... se sienten mucho más felices por tener cerca a su madre... y le piden que les quiera bien fuerte, le piden que les quiera bien fuerte.

A Björk, de Björk y de mí.

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