Sunday, August 05, 2007

Esquela 79: Motor de aire

Me asusta pensar que apenas sé quién soy o de qué soy capaz. Me asusta no tener las cosas un poco más claras a estas alturas.

Me extraña que aún no haya aparecido un nuevo movimiento tendencioso que aglomere una serie de máximas universales que lo coloquen por encima de los demás.

Los pelatys quieren estar por encima de los rappers, los rappers por encima de los hevyolos, los heviolos por encima de los hippis-gruncios, estos por encima de los poppys gafuos y pseudo-intelectualoides...(largo etcétera).


Todos estos estilos basan su existencia en una razón triste como la vida misma. Los unos necesitan de los otros para seguir arrastrando a los jóvenes hacia su propia presunción de identidad. Y es que se necesita algo que odiar para poder saber qué se siente al querer. Es sencillo. Esto me lleva a pensar que no hay un movimiento por encima del otro, que no hay una autenticidad implícita en ninguna moda. Son los demás estilos los que definen la realidad de uno en concreto. Son los roces con las otras realidades las que conforman la nuestra. Entonces, todo está en el aire y nosotros SOMOS porque se ha entretejido una impresionante red de referencias externas a nuestro alrededor, símbolos y prejuicios que no tienen significado por sí mismos, pero sí que lo tienen en el momento en que partimos del propósito de encontrar enemigos y amigos, el propósito de despuntar un poco más que los demás, el propósito de catalogar y ser catalogado.

Decía, pues, que no entendía porqué no ha aparecido un movimiento trendy que haga de las verdades universales su bandera. Claro que, ponte a buscar ahora verdades universales... Como eso es muy difícil, quizá sea más sencillo crear una tribu urbana que se base en las contradicciones ideológicas y estéticas para encontrar su caldo de cultivo.

Me imagino un ejecutivo con maletín de cuero a juego con su taparabos, o una joven nacionalista quemándose a lo bonzo como protesta por la inminente tala de varios árboles milenarios. Me imagino a Rocío Durcal o como coño se escriba, bailando el pogo...

La nueva evolución en el campo de las tribus urbanas, el nuevo fenómeno sociológico que diera lugar a algo mucho mejor o mucho peor de lo que hasta ahora había: Los contradictorios; chicos malos y buenos, que mascan chiclé y que hacen de la contradicción y la incoherencia su estilo de vida. En realidad, todos hemos venido siendo contradictorios con nosotros mismos desde siempre. Si lo asumimos como algo lógico y evidente, si lo aceptamos abiertamente, viviremos más tranquilos con nosotros mismos, aunque eso le cueste la vida al planeta. (se la iba a costar igualmente).

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