Tuesday, April 10, 2007

Esquela 65: La decadencia

Estaba yo en la salita de espera fumando el último cigarrillo. Ya sabes que siempre que hablo de mí utilizando la escritura, me gusta decir que fumo. Contractualmente a lo estipulado según muchas almas que por aquí han pasado, yo sólo fumo en fantasías.

A la lumbre del fuego de la leña más molona, y más solo que ninguna otra vez, me lamento y soy feliz. Hoy choca más que nunca mi miserabilidad contra mi alegría. Otras veces andan un poco más separadas la una de la otra, pero al final, siempre acaban necesitándose.

Podría hacer varias cosas con mi vida: Podría masturbarme y darme, entregarme al viento merced. Sería angustioso... También podría hacer como Sadie, y lanzarme de un quinto piso al vacío... pero yo todavía no he tenido cinco hijos, ni he intentado ganarme la vida con trabajos de mierda... bueno, eso último quizá sí... Podría perderme entre las luces de la ciudad y convertirme en un amante del pop y del underground, que absurdamente acaban siendo lo mismo, por mucho que les pese a los más "alternativos". Podría ser una prostituta de lujo. Pero soy hombre.

Hoy, en mí, quedan muy pocas cosas identificables: nostalgia por los lugares que nunca he conocido, y pasión por el alcohol si lo tomo de vez en cuando.

Yo ya nunca escribiré mi historia con letras de dorada bohemia. Yo ya me empiezo a fundir en la multitud y a ser anónimo incluso en mis pensamientos. Noto cómo muero, oigo mi propio llanto desde el fondo de mi alma... allí donde la fe redentora sigue tratando de alimentar una convicción que los demás me comen. Pero esque mi fe está perdiendo terreno progresivamente. Lo noto.

Sucede lo mismo noche tras noche, y todo aquello que supe que debía haber hecho, noto que ya no es el momento de hacerlo. Me doy a la supremacía de la ignorancia y me resigno. Bajo la cabeza y todos nos ponemos contentos. Pronto nadie sabrá nada de mí. Desapareceré del mapa habiendo querido ser espectacular, como el resto de los que mañana compartan sus vidas conmigo. Lo más triste es que nos creeremos especiales dentro de nuestra condición. Raül de los 40, ya te lo digo, me avergüenzo de ti. Espero que por lo menos tengas una buena mujer, puestos ser convencionales.

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