Wednesday, July 15, 2015
Hasta los cojones de tanta mierda
Hoy escribo como un adulto. Puede que sea porque soy adulto. He tardado en darme cuenta. Pero creo que soy mayor. A pesar de desconocer aún mi utilidad, soy mayor. Podría ser ya de esos que follan a putas. Podría contratar muchas rameras. Si tuviera dinero, quizás lo haría: Putas de todo tipo, gordas, feas, malolientes, y también putas niñas de mamá, que follan por placer, aunque si además les pagas dinero, mejor para ellas. Podría comprarme motos de agua ligeras para hacer trucos impresionantes sobre las olas que rompen en las costas californianas. Aun así, supongo que seguiría faltándome algo. Podría dejar de lado mi salud. Comer y engordar, seguiría teniendo putas cerca mientras retuviera mi fortuna. Este es el mundo en el que he nacido. El mundo en que el dinero lo puede todo. El lugar en donde te emborrachas de luces y de estímulos indiscriminados. Hay gritos, y el ansia de quedar bien es sobre todo eso, ansia.
En este mundo, nadie enseña a nadie a observar. Solo se enseña a decir, a hacer, y a protegerse. En este mundo, nadie se toma tiempo. Mejor dicho, nadie se sabe tomar el tiempo. En este lugar, te enseñan a mantenerte en pie y a ambicionar. Implícitamente te invitan a pasar por encima de los demás. Te enseñan a decir y te enseñan a creerte lo que te dicen. Te enseñan que la seguridad en uno mismo es importante, y después te enseñan a utilizarla en contra de la verdadera justicia. Te explican que es más fácil creer en algo, que cuestionar lo que te rodea. Nadie tiene tiempo para probar otras ópticas. Se pasan por el forro el respeto y prostituyen millones de palabras antaño bellas. Libertad entre otras.
En este lugar en el que todo sucede rápido, definitivamente parece que es mejor no pararse a pensar. Parece que es mejor entretenerse en defender lo que te han dicho que te pertenece.
Una vez soñé en encontrar un lugar donde sólo te enseñaran a observar. Donde te enseñaran a escuchar a tu propia mente cuando se despierta tu interés. ¿Qué despierta interés? ¿Qué despierta interés que no te hayan dicho? Es una pregunta que podrías haber respondido cuando eras niño.
No sé cómo estamos tan desviados de lo que debería ser.
No te quiero engañar. Yo también me he dejado llevar. Yo también tengo una cámara enorme cargada de baterías, también se me tuesta la piel si no la protejo e incluso he llegado a probarme gafas de sol. También he ido a cines abiertos, he comprado buenos televisores, he fumado algún pitillo. Me he hecho socio de un videoclub, he conducido un auto y he logrado creer que quería a alguien.
Pero al final, vuelve el toro mecánico, el cielo rosa y azul, y yo jadeando en el paseo marítimo, apoyado en alguna barandilla. Vuelven las putas. El camino sencillo. Vuelvo a tomar el camino sencillo. Y cuando me quiero dar cuenta ya es tarde, y mi póliza de seguros cubre el estropicio.
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