De vuelta al vacío

El mundo es una montaña rusa, y nosotros, crecer, crecemos en estupidez. Porque los problemas y las vivencias que acaecen en nuestra existencia conforme nos hacemos mayores, harían que sujetos que nos ven desde fuera de nuestra línea vital se partieran la caja. Quiero decir que es una pena que conforme unos crecen, lo único que aprendan es a construir con más facilidad que antes problemas de la nada, basados en inseguridades y complejos y que además, aquellos que logran no caer en ese tipo de crecimiento inútil en el campo de las dificultades y los miedos, tengan que perder el tiempo enderezando a los del primer grupo. Todo eso hace que nuestra sociedad, en lo único que se las apañe, es en perder el tiempo. Si solo aprovecháramos nuestra parte buena, descubriríamos un campo de percepción mucho más amplio del que conocemos. Pero bueno, ya sé que eso es mucho pedir. Me conformaría con que nos distrajéramos menos con las tonterías que nosotros mismos hacemos emerger de la nada.