Esquela 340: Vamos por aquí¿?

Sí que puedo partir la madera, puedo sentirla crujir. Tienen algunos momentos en el escaparate que valen por muchos otros que definiríamos como normales. Entonces me desangro y mis pulmones se desinflan. Saben que no se van a poder ensanchar nunca más. Así sienta la pérdida de la esperanza. Pero de verdad que puedes volver a agarrar una bocanada de aire.

Nos podríamos ir por ahí un tiempo; no sé exactamente dónde. Podríamos dejarnos de historias ahora que nos sentimos fuertes. Ya llegará el día en que volvamos a caer. Hoy, solo voy a pedir que las nubes que puedan aparecer no las cree yo desde mi cañón de terror.

Después, cuando llega la tristeza no interpongo nada que yo haya creado. Cuando llega la tristeza me la pongo tal cual. Y ahora que viene la felicidad... joder...resulta que es como si necesitara conjuntarla con alguna pobre desgracia.

Estamos más perdidos que ayer, pero menos que mañana, y los riñones me duelen.

Esquela 340: Por todas las que murieron

Tuve en mis manos su cabeza y noté como la forma que hacían mis manos para retenerla no me dolía. No la invité a que se fuera, ni tampoco ella quiso estar por estar. Se movió su cabeza en mis manos como un gorrioncillo que explora sobre el cemento helado de una pista de street basket.

La tuve ahí, leyendo los cd's que había colocados en el mueble, recitando los mejores fragmentos de algún libro de Auster.

Todo era demasiado americano y brillante para durar.

Entonces se tuvo que ir y volví a recordar quién era; aquella persona que decidió rendirse y estirarse en el lecho de muerte aún con algo de vida por delante. El ser que eligió languidecer en silencio y con buena letra.

Pero ella me quiso estrujar el filo de vida que quedaba en mí, y al tirar de él, en vez de romperlo, arranco de la ondura de mi corazón la punta de lo que podríamos llamar un iceberg de la risa.

ME ví entonces colonizando algunos huecos más del mundo, cantando fuerte algún tema más, sangrando sin miedo a morir. Porque así es como se vive.

Mis letras, olvidadas, o más bien reservadas ya en el cajón de la convención; brotaron para volverme a empapar de frescura y juventud. Aquí están, danzando para mí; las letras que han salido de su armario.

Son muchos cambios. Cuando me paro a pensar, quiero continuar sin pensar, cuando corro, deseo poder pararme a reflexionar. No estoy descubriendo nada. La única manera de seguir apasionado por lo que me rodea es que tiren de la punta de la sábana que yo no alcanzo. No descubriré tampoco nada nuevo para nadie. Qué lastima! Pero bueno, me respondo y me pregunto a mí, y a mí me tengo;

Nada más lejos de el límite del yo, está el tú. Estudio la forma del yo, pero es imposible sin el tú. De eso también soy consciente ehhhhhhhh!

Esquela -i

Veo delante de mí a un tipo bastante más joven que yo. Luce una Barba post adolescente de color naranja. No es ni muy espesa ni muy larga. Le acompaña una chavala que parece prendada por él. El chico lo sabe, parece feliz y sabe llevarlo. Exhibe sus poderosos brazos aprovechando la escusa de agarraras a las barras del tram para no perder el equilibrio. Es vigoroso y sabe tratar a las mujeres. Mira alos ojos de la chica cando lo base hacer y jamás se precipita; descansa los ojos mientras habla de sus quehaceres diarios en un punto muerto, pregunta de vez en cuando algo a la chica para que ella se sienta importante. Él baja del tram, nonsin antes despedirse gracilmente de la chica. Es entonces ando percibo un vacío; el temor a la Soledad. Pero también noto la excitación de la novedad colandose entre los labios de la chica. La vida que desprende ella, ahora es prácticamente palpable. El sentido de la existencia ha merodeado por aquí otra vez.

Esuqela to To take away.

Las olas del mar se hacen mayores con la llegada de este verano jamás planeado. Los tatuajes que creí pintados por toda mi alma, resultaron no estar ahí; resultaron hacerme igual al resto de los mortales. Tomo, lo he dicho un montón de veces, perspectiva acerca de la durabilidad de la vida. Ya no soy un nuevo venido, ya me huelo el final.

Hora de tomar la segunda batería de importantes decisiones en
mi vida.

De lo primero que me doy cuenta, es de lo efímero de mi existencia, y por tanto, es importante remarcar lo de "segunda batería de decisiones". Las etapas están ahí por una razón. Si van sucediendo y yo soy conciente de ello, es que el final está mas cerca que nunca. Jaja, siempre esta mas cerca que nunca, desde el momento en que nacemos.

Quizá deba tener sexo ya mismo con la mujer que lleva mi nombre favorito, quizá deba decidir firmemente ser uno más, un cuadrado gris más de camino hacia la muerte.

No deeria aungustiarme, pues, la renuncia a sobrepasar las propias paredes de mi existencia. Todo lo que se deja atrás acaba siendo olvidado, y quizá este cuerpo de hombre que llevo puesto no es el más adecuado para contener según qué tontas preguntas.

Supongo que si el sol me da bien fuerte y tengo un par de tetas cerca, un par de tetas que me quieran y sepan disfrutar del vino y la risas, puedo estar bien. La vida se saber renunciar en el momento adecuado a según que pensamientos. Hay una gilipollas en el asiento del lado que no para de hablar po teléfono. Por fin cuelga.

Mírame, con mis cosas y sin muchas otras. Con mis metas y mis renuncias, con mi habida y mi por haber, con mis soles y mis lunas, con mis espacios escondidos, mis cosas que todos conocen, con mi delante, mi detrás, mis dificultades y mis alegrías, y con el peer enemigo de todos: la duda.

Sólo espero que me digas si sigo ahí.