Otro concierto más. La pereza rondándote el cuello, apretándote
el pecho. La angustia hace tiempo que
perdió su poder de convicción. O eso, o tu piel se ha vuelto más correosa aún.
No lo sabes, ni tampoco lo quieres saber. El tiempo pasa, pero pasa congelado.
Las mismas, caras, los mismos gestos. Ya lo habrás oído alguna vez. Todos vamos
en busca del cambio. Yo pensé que acababa de encontrar uno importante. Quizá sí
que he dado con él. Porque me empeño en dar con él, o en que sea importante. Pero
¿a caso lo importante no debería venir dado? ¿Lo verdaderamente importante no
golpea duro? Cuando tú haces el esfuerzo mental de que algo sea importante, es
que no es tan importante. Respirar no se piensa, follar tampoco. Cagar, comer,
moquear. La cruzada de la amistad tampoco se traza sobre un itinerario marcado,
pero existe. La del amor me dijeron que también. En ese caso, ¿porqué ni
siquiera voy dando tumbos?
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment