No creo que haga falta que vaya al psicólogo. Darme cuenta de que después de todo, eres como creía, ha servido para acabar con esa idea. Ya no me cuestiono estar equivocado con el mundo.
Sí, porque llegué a pensar que no conseguir entenderte a ti, significaba quizás que nunca había entendido nada de todo aquello en lo que siempre he creído. Y no hablo sólo de nosotros. Hablo de todo lo que he vivido, todo lo que he aprendido y todo lo que he concluido.
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Si me preguntas qué ha cambiado después de ayer, sólo se me ocurre decir que ahora puedo quererte en paz.
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